Ya sea por falta de recursos, por desperfectos o porque en su momento no nos dimos cuenta y adquirimos una casa con problemas constructivos, el caso es que prácticamente todos odiamos algún aspecto de nuestros hogares. Sin embargo, lo único que hacemos es quejarnos sin llegar a solucionar nada. Ten en cuenta que existe una solución que es la única que te ayudará a conseguir tu casa perfecta: reformar. Por eso, hoy vamos a repasar algunas de las quejas más comunes sobre la vivienda y, sobre todo, vamos a ofrecer soluciones.
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Mi salón/dormitorio/cocina/baño es demasiado pequeño
Una de las quejas más comunes, en lo que se refiere a la vivienda, tenemos que buscarla en el tamaño de los distintos espacios. Son muchos los que ven una desproporción entre el tamaño de su diminuto salón en comparación con las habitaciones o los que no saben cómo arreglárselas en una cocina pequeña.
Sea como sea, no hay que desesperar, todo tiene su solución. Puedes intentar mejorar la sensación de espacio reduciendo la cantidad de mobiliario o bien pintando las paredes de un color más claro. Si nada de esto funciona tendrás que adoptar medidas más agresivas: Unir una cocina y un salón pequeños es una buena manera de ganar un espacio mixto mucho más grande. Y para situaciones extremas, puedes plantearte eliminar todos los tabiques y crear un espacio diáfano, de manera que también absorbas el espacio del pasillo ¡Seguro que funciona!
Bonus: Cómo reformar un piso pequeño para sacarle todo el partido
La casa/habitación está siempre desordenada y llena de trastos
Aunque en muchos casos esto puede tener más que ver con un mal hábito que con la casa en sí, es cierto que algunas veces las características de la vivienda dificultan la tarea de ordenar y recoger. Esto se debe en muchos casos a que tu vivienda carece de espacios en los que guardar las cosas que no estás utilizando y que, en consecuencia, se acaban apilando encima de muebles, abarrotan estanterías y demás rincones.
Si te planteas la construcción de unos buenos armarios empotrados en alguna esquina del pasillo puedes solucionar el problema en gran medida. Si cuentas con un dormitorio espacioso, tal vez la mejor solución pase por integrar un vestidor donde puedas tener recogidas tus pertenencias ¿No crees?
El estilo de mi casa esta muy anticuado
Suele pasar que, de repente, te das cuenta de que llevas años sin cuidar el aspecto de tu casa. Y claro, no te gusta nada lo que ves, pero esto no va a cambiar con una simple mano de pintura o un sofá nuevo. Lo que necesitas es una completa reorganización y redecoración de tu hogar, algo que cambie radicalmente su aspecto y su carácter. Y en esto nadie te puede ayudar mejor que un interiorista; profesionales que no sólo se ocuparán de adquirirte un nuevo mobiliario, sino que estudiarán tu caso y te aportarán soluciones concretas a tus necesidades decorativas ¡Y por mucho menos de lo que crees!
Bonus: 6 Cosas que no sabías que un interiorista puede hacer por ti
A mi casa le falta luz natural
A menudo las viviendas, especialmente las que se encuentran en los pisos más bajos, reciben mucha menos luz natural de la que nos gustaría. Este problema, además, es uno de los más difíciles de solucionar, aunque hay soluciones para todo. Introducir algunos espejos en la decoración de la casa te ayudará a reflejar la luz, eliminar tantas paredes como sea posible (o bien sustituirlas por paneles de cristal) también sería una buena idea. Aunque quizá tu mejor opción, si tienes una terraza, sería unirla con el salón mediante un cerramiento. Optar por soluciones como las cortinas de cristal te puede aportar la máxima luminosidad.
En mi casa hace demasiado calor
La mayoría de las viviendas en nuestro país, especialmente si tienen unos cuantos años de antigüedad, no cuentan con un aislamiento adecuado, por lo que en estaciones como el verano pueden experimentar aumentos significativos de temperatura. Obviamente, una mejora en el aislamiento de estas viviendas mejorará enormemente la situación térmica del interior. Sin embargo, otros factores pueden también contribuir a rebajar un poco la temperatura: Un suelo de azulejos, por ejemplo, es mucho más frío que uno de madera, mientras que una pérgola bioclimática puede rebajar bastante la temperatura en tu patio.
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