Y eso también se refleja en el estilo de decoración de su hogar.
Según nuestra forma de ser decoramos de una manera u otra nuestra vivienda. La gente sociable y extrovertida, suele combinar gran variedad de estilos y usar muchos colores llamativos. Las personas tímidas e introvertidas, por el contrario, suelen preferir un ambiente más relajado y más neutro. Las personas ordenadas, suelen tener casas ordenadas. Las personas a las que les gusta reciclar y reusar, suelen tener muchos muebles y objetos antiguos. Los amantes de la naturaleza, suelen tener muchas plantas. Y así un largo etc.
Para sentirnos a gusto en casa tenemos que sentir que es nuestra, que es un reflejo de nosotros mismos. Nuestras casas hablan de nosotros. Si decidimos contratar a un especialista en diseño para que nos ayude en esta labor, éste tendrá que conseguir dar forma a todas las inquietudes de su cliente y conseguir el mejor ambiente que le refleje. Un buen interiorista nunca impondrá su criterio por encima de los de su cliente. Puede aportar ideas, aconsejar y orientar dada su experiencia y su formación, pero ante todo está el cliente, el dueño de la vivienda y el que va a habitar en ese espacio. Por ello, hay que conocerse, hacer preguntas, tomar un café con él, saber qué le gusta, qué le apasiona, qué detesta, a qué se dedica, etc. De esta manera, será más fácil acertar con una decoración única y totalmente personalizada para él.
A continuación vemos una vivienda situada en Göteborg, diseñada por la interiorista y estilista Hanna Ahlin para un apasionado de la música.