El resultado final de una reforma no es solamente su distribución. Puede parecer una verdad de Perogrullo, pero a menudo nuestros clientes, dominados por la ansiedad de empezar la obra, creen que una vez resuelta la distribución funcional, el proyecto ya está resuelto. Que el resto se puede ir decidiendo a medida que se avanza…
Y nada más lejos de la realidad: el proyecto de iluminación, la elección de materiales, texturas, colores… juegan un papel protagonista en la configuración del espacio, está muy relacionado con la sensación de atmósfera ambiental y es lo que da personalidad a la casa.
En pisos pequeños, es un camino acertado eliminar lo superfluo, y apostar por la sobriedad y la sencillez: ambientes limpios, donde la decoración se elimina y queda resuelta por la propia disposición de los componentes del espacio. En esto juegan un papel preponderante los materiales, las texturas, los colores y el diseño de algunos elementos.
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En la elección de materiales, una pauta acertada se fundamenta en la unidad de criterio más que en una exposición indiscriminada. Esto no significa que hemos de elegir un único material que lo resuelva todo, como sostienen algunos minimalistas radicales, pero sí que elijamos unos pocos; aplicados correctamente (en un ejercicio lógico, según sus características técnicas y expresivas) y sin perder la idea de unidad.
Este proyecto realizado por Geometrium, un pequeño apartamento en los suburbios de Moscú, es un buen ejemplo de la unidad de criterio “material” para resolver toda la casa. Pocos colores: en este caso solo cuatro, tres de ellos con una paleta de colores monocromo: negro, gris, blanco + madera; resuelven todos ambientes de la casa.
Pocos materiales, mostrando su naturaleza sin disfraces: microcemento alisado, madera, revoques lisos y laminado blanco.
Texturas de poca rugosidad: superficies lisas en enlucidos, melamina y espejos, y algo de textura en la madera natural del suelo.
Carencias intencionadas, por ejemplo en la utilización de recursos para que las puertas pasen desapercibidas, enrasándolas con la pared, ya sea con el enlucido como con cualquier otro revestimiento. Favoreciendo la continuidad más que la interrupción.
Espacios pensados para el almacenamiento oculto, como el mueble que está enfrente del sofá: un plano blanco, con despieces grandes (puertas), todo él enrasado en el mismo plano, consigue una superficie clara y monocroma, y ayuda a crear un espacio sereno y armonioso, ocultando todas “las cosas” que necesitamos guardar…
Quitar peso a las compartimentaciones, resolviendo cocina y salón en un mismo espacio, con una barra alta, a modo de mesa de comedor
Reducir (juntas, colores, texturas, materiales, elementos), Integrar, Unificar, Desmaterializar, rebajar el peso visual de los elementos fijos, son los recursos que favorecen la continuidad, en un proceso de depuración que sin llegar al concepto del minimalismo extremo, consiguen ambientes más limpios, serenos, y armoniosos.
Por todo esto, los acabados se tienen que pensar en conjunto con el proyecto de distribución. Porque forman parte del proyecto global, y con una elección acertada nos conferirán espacios unitarios, equilibrados y armónicos.
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