Soy muy fan de toda la decoración étnica, me encantan las alfombras persas, los cojines kilim, los textiles con motivos geométricos, típicas cara trivales de madera… en fin todo lo exótico, pero no me gustan nada los ambientes sobrecargados de textiles, colores y accesorios muy elaborados. Aunque una cosa no quita la otra, podemos aspirar a ambas cosas si trabajamos con un lienzo en blanco, vamos, creando un ambiente noretnic, que es la conjunción de una decoración de estilo nórdico, paredes blancas, suelos blancos, techos blancos…mucho blanco, mucha luz, combinado con muebles de madera en acabado natural, todo esto más complementos de toque exótico crean unos ambientes con mucha personalidad.
La vivienda de hoy es un claro ejemplo de ello. Este apartamento de 61m2 y muchos años a la espalda, combina a la perfección ambas cosas.
Un enorme salón lleno de espacio y de luz, gracias a unos enormes ventanales, gira en torno a una bonita chimenea de cerámica. Decorado con cojines kilim y alfombras de estilo persa tiene un ambiente decorado muy acogedor.
Desde éste se acede por una doble puerta a la habitación presidida por, una gran cama en la que también se ha jugado con los textiles para dar un ambiente muy acogedor.
La cocina recientemente reformada, se ha realizado en el color predominante en toda la casa: el blanco, de lineas modernas permite integrar a la perfección un juego de antiguas sillas que han sido restauradas para la ocasión.
La entrada a la vivienda se hace mediante un hall, muy bien aprovechado, en el que se ha buscado hueco para colocar un armario y un zapatero, y de esta forma, ampliar la capacidad de almacenaje del apartamento.
En definitiva, nos encontramos con una casa de lineas muy sencillas y pocos artificios, en la que el uso de los textiles de estilo étnico aportan el punto de color y crean un ambiente muy acogedor.
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