¿Quién dijo que la arquitectura no era cosa de niños? Un diseño adecuado tanto de espacios interiores, exteriores, públicos o privados, puede potenciar la imaginación de los más pequeños y constituir un espacio de juego y divertimento.
Últimamente jugar con la arquitectura está de moda, muestra de ello son las numerosas actividades y talleres que se desarrollan en torno a ella: por fin niños y niñas pueden aprender jugando y jugar con la arquitectura y el diseño. Casas en el árbol, heroínas del espacio, ciudades imaginadas o naves espaciales se convierten a través del juego en herramientas esenciales para aprender arquitectura.
Sin embargo, nos centraremos en este artículo no en el juego con espacios, sino más bien en el diseño de espacios para el juego. Veamos algunos ejemplos de arquitecturas donde el juego no solo es importante sino que constituye la esencia del proyecto, haciendo protagonistas a las más peques, tanto de espacios interiores y privados como de espacios exteriores y públicos.
Diseño de espacios interiores para jugar
Mirando revistas antiguas de decoración encontrarás espacios dedicados al juego, normalmente en casas de superficie media-grande. Habitaciones extra o “comodín”, dentro de la casa o desvinculadas del interior a través de un jardín. Estos cuartos, siempre iluminados de forma natural, están dotados de una superficie adecuada para quitar y poner utensilios y artefactos para el juego de los pequeños y mayores.
Nunca faltaban unos buenos armarios que permitían dejar la habitación ordenada y preparada para otro uso, si hiciera falta. De ahí lo de “comodín”.

Espacio de juegos en vivienda. Fuente: Sunset Ideas for Recreation Rooms. Lane Books, Menlo Park, California. 1972.

Espacios de almacenaje en zona de juegos flexible. Fuente: Sunset Ideas for Recreation Rooms. Lane Books, Menlo Park, California. 1972.

Espacios de almacenaje en zona de juegos. Fuente: Sunset Ideas for Recreation Rooms. Lane Books, Menlo Park, California. 1972.
Sin embargo, actualmente, no disponemos de casas tan grandes, la tendencia son viviendas más pequeñas sin posibilidad de habitaciones “extra” o “de sobra”. Espacios reducidos si, pero espacios donde también se puede jugar.
¿Cómo conseguir estas arquitecturas para jugar?
Algunas características de diseño que definen este tipo de espacios son las siguientes:
- Se trata por supuesto de espacios iluminados y ventilados, normalmente construidos o revestidos por materiales blandos, tipo madera. A veces pintados con colores llamativos que den alegría, potencien la ilusión y desarrollen la imaginación.

Arquitectos: Ruetemple. Fuente: ruetemple.ru

Arquitectos: Ruetemple. Fuente: ruetemple.ru/
- Se trata también de conseguir espacios de recogimiento, es decir, espacios acotados dentro de un espacio más grande donde los más pequeños se sienten seguros y donde conviven con una escala a su medida. La casa del árbol, la tienda de campaña, el tipi, la casa de tela con estructura de madera, una sábana y dos sillas, todos ellos lugares de recogimiento, han constituido siempre los lugares de juego por excelencia de los más pequeños.

Arquitectos: Ruetemple. Fuente: ruetemple.ru

Arquitectos: Ruetemple. Fuente: http://ruetemple.ru/
- Trabajar en tres dimensiones, no solamente en planta sino también en altura consiguiendo recorridos y movilidad dentro de un mismo espacio; también generando visuales que permitan descubrir el espacio desde distintas posiciones y en todas sus dimensiones. Las visuales son también importantes para los cuidadores, por significar una manera de estar al tanto de los movimientos de los pequeños y por lo tanto, las visuales generan sensación de seguridad tanto para unos como para los otros.

Arquitectos: Ruetemple. Fuente: ruetemple.ru
- Justamente, la seguridad es la siguiente característica que vamos a explicar. Efectivamente es importante que este tipo de espacios sean seguros. Materiales blandos como la madera o el caoutchu. Colchonetas, almohadones o rejillas que amortigüen o no permitan las posibles caídas.

Arquitectos: Ruetemple. Fuente: ruetemple.ru
Y por supuesto, no nos podemos olvidar de que los espacios sean flexibles, que se puedan transformar, distribuir de distintas maneras, desplazar el mobiliario, escamotear las puertas, esconder los juguetes y poder disponer los elementos de diversas maneras, potenciando la imaginación y el espíritu libre.