Distintos estilos para diferentes personalidades; en concreto yo os presento siete, de los cuales hoy veremos: minimalista, moderno, clásico renovado, y pop. ¿Cuál es el tuyo?
1. MINIMALISTA
De la mano de Mies Van der Rohe, nace el concepto ‘menos es más’, que se caracteriza por la ausencia de decoración para darle el protagonismo a la propia arquitectura del espacio. Formas geométricas, puras y sinceras pero de gran presencia. Composiciones monocromáticas, sobre todo en blanco, o combinando con uno o dos colores junto con materiales modernos como el vidrio y el acero. Iluminación integrada en muros y techo pensada desde el principio como diseño integral del conjunto.
2. MODERNO
No confundir con el minimalismo, ya que este estilo, representa un mestizaje entre lo clásico y la vanguardia. Los interioristas trabajan con estancias despejadas con contrastes fuertes entre colores y decoración. Formas marcadas y con presencia de piezas de arte; cuadros, esculturas…junto con mobiliario de autor. Iluminación muy parecida a la minimalista.
3. CLASICO RENOVADO
El look clásico de siempre se renueva para adaptarse a la nueva era. Quizá, uno de los estilos más demandados a día de hoy para las reformas. Partiendo de la base de un espacio clásico, ensalzarlo y conjugar con piezas modernas y estilosas. Predomina el blanco como favorito en paredes y puertas, las molduras y altos zócalos, aportando el color con el mobiliario, bien rescatado del pasado, o nuevo. Materiales naturales conviven con lacados, lámparas de diseño con antigüedades…con criterio se puede crear un ambiente elegante y sofisticado a la vez.
4. POP
Colores chillones, alegres y vivos. Este estilo fue el protagonista en los años 60, llevando la creatividad al límite. Diseños curvilíneos, funcionales y divertidos. Vinilos atrevidos y de tonos fuertes a la par que cuadros de retratos, objetos singulares o logos, bajo la firma de Andy Warhol, Roy Lichtenstein, la marca Campbell…Es un estilo desenfadado y más característico en jóvenes y artistas.