Este tipo de materiales son más fríos que la madera, así que normalmente se suelen colocar en pisos más calurosos. La piedra es mucho más resistente que la baldosa en general, sin embargo a la hora de elegir un suelo, es casi más importante conocer el grado de porosidad tanto de la piedra como de la baldosa que queremos colocar. Cuanto más poroso sea el material, más se ensuciará y pueden quedar manchas difíciles de quitar.