El microcemento es una solución poco empleada, pero que realmente vale la pena plantearse. Se trata de un pavimento continuo, sin ninguna junta, con un acabado que no es totalmente uniforme, parecido a los estucados venecianos que se colocan en las paredes, haciendo aguas. Suele utilizarse en locales públicos muy transitados, por lo que queda garantizada su buena resistencia.
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Además puede colocarse sobre cualquier superficie lisa existente (menos el parquet, puesto que no es suficientemente rígido), por lo no habrá que quitar el pavimento o alicatado actual. Su espesor ronda los 2mm, así que tampoco tendremos que rebajar las puertas. Tiene una buena gama de colores y su precio es competitivo.