En el caso de niños deprimidos, lo favorable será que tengan en las paredes de su habitación aplicaciones de color rojo u objetos ya que, al percibirlas aumentan la energía y la vitalidad. Los expertos en cromoterapia recomiendan el color amarillo en tonos pasteles y alternados, además es muy recomendable para la concentración y el desarrollo intelectual alternarlo con otros colores.
En el caso del lugar de estudio, es importante tomar en cuenta los colores frescos para favorecer la concentración debido a que transmiten un ambiente de tranquilidad y relajación.
En diseños de interiores como en los centros escolares y en la decoración de los cuartos de los niños se ha demostrado que el uso de los colores adecuados puede modificar y alterar estados de ánimo.
Los efectos se deben a nuestra percepción de las distintas frecuencias de onda de luz, dentro del espectro visible que incide sobre la materia, en esto se halla involucrado el cerebro y lo mecanismos de la vista. El color no es una característica de una imagen u objeto, sino una apreciación subjetiva nuestra, una sensación que se produce en respuesta a la estimulación del ojo y de sus mecanismos nerviosos, por la energía luminosa de ciertas longitudes de onda.