Las buenas ideas no tienen por qué ser caras y es que realizar un proyecto de interiorismo no tiene por qué significar gastarse un dineral.

La definición de la Wikipedia dice así:

El diseño interior (o interiorismo) es la disciplina proyectual involucrada en el proceso de formar la experiencia del espacio interior, con la manipulación del volumen espacial así como el tratamiento superficial.
Entonces, quitémonos de la cabeza que hacer un estudio de nuestra vivienda para aprovechar el espacio al máximo va a suponernos mucho dinero.

En la mayoría de los oficios la gran pregunta que nos formulamos como profesionales es: ¿cuánto vamos a vender? ¿cuáles serán nuestros beneficios? Aunque la política de toda empresa debería ir enfocada a la satisfacción del cliente y no solamente a nuestros ingresos, no se lleva a cabo siempre.

Recapitlumeos, o mejor volvamos a plantearnos las cosas desde el principio.
¿Qué se consigue con el interiorismo?

Queremos conseguir que nuestro cliente quede satisfecho con la elección de un diseñador de interiores. De un tiempo a esta parte, queda un poco al lado la importancia de volvernos millonarios a costa de subir los precios, así que parece que es un momento de cambio. Buscar alternativas con tal de que el cliente quede satisfecho y a la vez, no gaste todos sus ahorros en la reforma de su casa, ya es algo inminente.